En la última década, la tecnología ha transformado diversas áreas del conocimiento, y la arqueología no es la excepción. Los drones, estos dispositivos voladores no tripulados, han revolucionado la forma en que los arqueólogos exploran y documentan sitios históricos. Gracias a su capacidad para capturar imágenes aéreas detalladas y acceder a áreas de difícil acceso, los drones se han convertido en herramientas fundamentales para desenterrar secretos del pasado. En este artículo, exploraremos cómo los drones están remodelando la arqueología moderna y optimizando la investigación histórica.
La introducción de drones en la arqueología ha marcado un antes y un después en la forma en que se llevan a cabo las investigaciones arqueológicas. Antes del advenimiento de estos dispositivos, los arqueólogos dependían de fotografías aéreas desde aviones y globos, lo que a menudo implicaba altos costos y limitadas posibilidades de maniobra. Los drones han democratizado el acceso a vistas aéreas, permitiendo a los equipos de investigación obtener imágenes de alta resolución de áreas extensas de manera más eficiente y económica.
Los drones están siendo utilizados en diversas etapas del proceso arqueológico. Desde el mapeo inicial hasta el análisis de datos, estos dispositivos ofrecen múltiples beneficios:
En las regiones áridas de Perú, los drones han sido fundamentales para redescubrir líneas y geoglifos anteriormente desconocidos. Estas líneas, similares a las Líneas de Nazca, fueron mapeadas gracias al uso de drones, que permitieron explorar grandes extensiones de desiertos sin causar disturbios en la superficie.
Los vastos desiertos y complejas estructuras del antiguo Egipto ofrecen un territorio ideal para el uso de drones. Estos dispositivos han ayudado a revelar la existencia de tumbas no catalogadas y estructuras subterráneas, proporcionando nueva información sobre las prácticas funerarias y arquitectónicas del antiguo Egipto.
El uso de drones en arqueología aporta una serie de ventajas que contribuyen a la eficiencia y eficacia de las operaciones:
El uso de drones para fines arqueológicos está sujeto a regulaciones que varían entre países. Estas leyes pueden limitar las áreas en las que los drones pueden operar y la altitud permitida, lo que podría afectar la recolección de datos.
Factores climáticos como el viento fuerte y lluvias pueden restringir el uso de drones, afectando la continuidad en proyectos arqueológicos.
Mientras que la tecnología de drones continúa evolucionando, su aplicación en la arqueología promete ser aún más sofsticada. Futuras incorporaciones tecnológicas podrían incluir sensores de penetración de suelo, proporcionando una visión aún más clara del subterráneo sin necesidad de abrir el terreno.
Se utilizan tanto drones equipados con cámaras de alta resolución como aquellos con tecnologías avanzadas como LiDAR y sensores multiespectrales.
Ha permitido un mapeo más preciso y una documentación más detallada de sitios en menos tiempo y con menos costo, aumentando la eficacia de las investigaciones.
Las regulaciones varían en cada país, pero comúnmente incluyen restricciones sobre el espacio aéreo y el uso de drones sin permisos específicos, lo cual puede limitar algunas operaciones.
No, los drones pueden ser afectados por condiciones climáticas adversas como viento fuerte, lluvia y temperaturas extremas, lo que limita su uso en ciertas condiciones.
Con el avance de la tecnología, es probable que veamos drones capaces de realizar tareas más complejas, como el análisis subterráneo o en tiempo real, lo que ampliará sus aplicaciones y efectividad en el campo arqueológico.